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Netflix esta no es una historia de entretenimiento sino una lección de marketing y emprendimiento brutal.


La noticia de que Netflix está comprando Warner Bros. Discovery por una cifra multimillonaria ($82.7 mil millones, según reportes) es un sismo en Hollywood. Pero para entender el alcance de este nuevo gigante, hay que mirar atrás, al momento fundacional de Netflix, cuando no valía nada y fue humillado por la empresa que hoy solo existe en la memoria: Blockbuster.


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Esta no es una historia de entretenimiento, sino una lección de marketing y emprendimiento brutal. Blockbuster no fue derrotado por Netflix por falta de recursos, sino por falta de visión y por despreciar una regla fundamental: la experiencia del cliente siempre gana.



La experiencia del cliente siempre gana.


En 1997, cuando Netflix nació, el mercado de alquiler de películas era un infierno de inconveniencias.


  1. La Necesidad de Desplazamiento: Había que conducir hasta la tienda.

  2. El Horario Límite: Había que devolver la cinta antes del cierre.

  3. Las Multas: El gran motor de ingresos de Blockbuster. Sus ganancias dependían de penalizar al cliente por retrasos.

Reed Hastings y Marc Randolph, fundadores de Netflix, identificaron este punto de dolor y construyeron un modelo de negocio que lo eliminó por completo:

  • Innovación en Distribución: Alquiler de DVDs por correo, directamente a la casa del consumidor.

  • Innovación en Pagos: Un único modelo de suscripción mensual sin multas.

El modelo de Netflix se centró en la conveniencia, la flexibilidad y, sobre todo, en no castigar al usuario. Blockbuster, en cambio, operaba con un modelo que maximizaba el beneficio a corto plazo, ignorando la satisfacción a largo plazo.


El momento que definió el destino de ambas compañías


Ocurrió en el año 2000. Netflix, que operaba con pérdidas en ese momento, se acercó a Blockbuster con una oferta de alianza. Su propuesta: vender toda la compañía por 50 millones de dólares y dejar que Blockbuster gestionara el servicio online.


El rechazo del entonces CEO de Blockbuster, John Antioco, es historia: él y su equipo se rieron en la cara de los fundadores de Netflix. Consideraron que la idea de alquilar por correo y, más tarde, el streaming, era un nicho insignificante y absurdo. Estaban tan seguros de su dominio en el mundo físico que fueron ciegos a la transformación digital.


Fueron ciegos a la transformación digital.


La caída de Blockbuster y el ascenso de Netflix nos deja tres lecciones de marketing digital y emprendimiento que son aplicables a cualquier negocio, desde una startup hasta un gigante:

  1. Visión de Futuro vs. Complacencia: Blockbuster tenía los recursos (miles de tiendas, millones en caja) para innovar y crear su propio servicio de streaming al instante, pero su complacencia con el modelo de tiendas le impidió ver que el cambio era inminente.


  2. El Poder del Dato y el Algoritmo: Netflix fue pionero en usar la data para la personalización. Desde el inicio, su algoritmo aprendía los gustos de los usuarios para hacer mejores recomendaciones de películas. Hoy, esa misma inteligencia artificial es la que define qué series originales se producen, una ventaja competitiva de marketing insuperable.


  3. La Capacidad de Pivotar: Lo más impresionante de Netflix es que, cuando el streaming se hizo viable (2007), no se aferró a su exitoso negocio de DVDs por correo. Pivotó, se canibalizó a sí misma, y se reinventó, cambiando las reglas de la industria por segunda vez.


Hoy, la empresa que fue despreciada por 50 millones ahora Netflix es un coloso que reestructura la industria comprando la casa de Harry Potter y Game of Thrones. La lección es clara: quien ignora la voz de la innovación y subestima al competidor, está condenado a la bancarrota.

 
 
 

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